Qué son los suplementos liposomados y vitamina C liposomal

Los suplementos liposomados o liposomales son una excelente manera de incorporar vitaminas y minerales en el organismo. La tecnología de encapsulación liposomal asegura hasta un 90 % de mayor absorción y biodisponibilidad que otros suplementos.

Son una especie de pequeña burbuja constituida por fosfolípidos.

Su estructura se asemeja a las membranas que cubren a las células. Dentro de ellas se introducen principios curativos. Estos se mantienen protegidos por la membrana que los cubre hasta cumplir su cometido.

La vitamina C liposomada o liposomal tiene gran importancia en el tratamiento de infecciones víricas ya que presenta ciertas propiedades que mejoran a la administración de la vitamina C convencional.

Según un estudio de 2019 (Mikirova et al.) la vitamina C liposomal permanece más tiempo en la sangre que la convencional, y accede más rápido a los leucocitos.

Los suplementos liposomales aportan al organismo nutrientes como minerales, vitaminas u otros compuestos. Su alto valor comparativo deriva del significativo aumento de absorción intestinal y bioaccesibilidad. Esto asegura que las sustancias viajen hasta la célula para hacer su trabajo.

La tecnología liposomal ofrece un mayor efecto terapéutico.

Esta es una técnica de administración más efectiva que las presentaciones convencionales. Muchos suplementos pierden su efectividad durante el recorrido por el tracto digestivo. Los ácidos, las sales biliares, las enzimas y la flora intestinal se encargan de descomponerlos progresivamente. En este caso existen dos capas hidrofóbicas que impermeabilizan el compuesto frente a los jugos digestivos.

Los compuestos atraviesan un largo camino para llegar al intestino delgado y al hígado para poder ser absorbidos. Generalmente, apenas hacemos uso de un 20 % de los principios, aproximadamente. Los suplementos liposomales aumentan este nivel hasta un 90 %.

Cuando un suplemento liposomal llega al intestino delgado, las células reconocen a los liposomas como iguales. Las células más abundantes en esta zona son los enterocitos: se encargan de romper moléculas para llevar los nutrientes al interior del organismo. Al reconocer a los liposomas como iguales, las moléculas no son destruidas.

Atravesar esta barrera permite que el contenido en las vitaminas liposomales no se vea afectado.

En la década de los 60 los científicos encontraron en los fosfolípidos o combinaciones de fósforo y ácidos grasos algo muy interesante.

Este compuesto se encuentra en las membranas que recubren a las células. Estas membranas están formadas por lípidos grasos. Sus capas lipídicas tienen la posibilidad de impermeabilizar el interior.

La tecnología de encapsulación de los suplementos liposomales trata de imitar este fenómeno natural. Los fosfolípidos o grasas naturales generan burbujas cuando están sumergidos en un medio acuoso. Estas cápsulas son llamadas “liposomas”. Cuando se unen funcionan como contenedores minúsculos de un principio activo.

Si la solución acuosa está cargada por un suplemento, automáticamente los liposomas absorben la sustancia. Por ejemplo, si el medio está cargado con una vitamina soluble, esta es encapsulada. La vitamina es liberada después de atravesar todo el proceso digestivo. Luego viajará mediante el torrente sanguíneo hasta el núcleo celular.

Estas membranas fosfolipídicas pueden ser liberadas controladamente de dos maneras:

Una es la focalización pasiva: una alteración del liposoma para optimizar su camino hacia la célula y pueda ser fácilmente absorbido. Esta intervención se hace bajo criterios como la hidrofobicidad, la fluidez, el tamaño, entre otros.

La segunda manera es la denominada focalización activa. En esta el liposoma está diseñado para hacer un reconocimiento de la célula.

Es decir, la célula es identificada a nivel molecular para luego dirigirse a ella. Esto sucede al intervenir en la superficie del liposoma.

De esta manera, logra interactuar mejor con algún receptor de la membrana de la célula objetivo.

En el momento en que el liposoma hace contacto con la célula se adhiere a su superficie. Después de que estén unidos, el liposoma es engullido por las enzimas de la célula.

La distribución del compuesto terapéutico atraviesa la estructura interna celular en este proceso. Su misión en el organismo se ve finalizada aquí. Comienza desde su ingesta y termina en su absorción.

La industria farmacéutica ofrece una amplia gama de suplementos liposomales. Algunos ofrecen una vitamina o mineral concreto. Otras presentaciones pueden contener varios componentes de forma simultánea.

Sin embargo, la mayoría de las vitaminas y suplementos liposomales disponibles se hallan de manera artificial. Es decir, no son comunes en la alimentación.

Algunas fuentes comunes donde puedes encontrarlos son las vitaminas A, B, D, E y K. Al ingerirlos pueden liberarse de manera oportuna y ser más fáciles de absorber. Casi nunca se desecha la totalidad del suplemento liposomal sin haberse degradado en totalidad.

Las vitaminas liposomales son recomendadas para reducir los efectos del daño oxidativo. También son eficientes para estimular el sistema inmune y la energía vital. Al consumirlos se asegura una mayor biodisponibilidad (hasta 5 veces mayor). Por ello, su alta disponibilidad permite ofrecer al cuerpo las cantidades recomendadas para su correcto funcionamiento.

Estos elementos también cuidan al cuerpo con una menor deshidratación y oxidación.  Esto ocurre por la capacidad de degradarse y crear una mejor transferencia nutricional. Ambos aspectos potencian los efectos bioquímicos y fomentan una mayor protección y defensa natural.

Se ha demostrado que las vitaminas liposomales pueden interactuar de manera muy positiva al ser administradas juntas. Por ejemplo, la vitamina D3 y las K2 funcionan sinérgicamente en la distribución del calcio.

Otro caso es la combinación A, D3, K2 y E. Todas son de naturaleza liposoluble y actúan de manera efectiva en la energía y bienestar. Este mecanismo de distribución es ampliamente utilizado en tratamientos cosméticos, estéticos y en vacunas. Lo conseguirás en diferentes presentaciones: jarabe, tabletas, cápsulas, entre otras.

Este tipo de suplementos liposomales evita los factores alérgicos y tóxicos de otros fármacos. A diferencia del resto de medicinas encapsuladas con químicos, estos no contienen disolventes nocivos. Son indicados para quienes necesitan un régimen estricto de consumo gracias a sus propiedades.

Un consumo amplio de frutas y verduras puede no ser suficiente para lograr una aportación alimenticia completa. Es natural que el cuerpo no absorba la totalidad de elementos durante una ingesta equilibrada.

Por otro lado, muchos alimentos que consumimos atraviesan una larga cadena de industrialización. Los procesos y los añadidos químicos reducen su aportación nutricional y desnaturalizan los alimentos. En este punto, las vitaminas liposomales pueden suplir el déficit de una dieta diaria.

Las vitaminas liposomales son indicadas para compensar la dieta. Para asegurar un efecto positivo es de suma importancia asesorarse con un profesional de la salud. No debes ingerir estos suplementos de forma deliberada o sin prescripción médica.

Es necesaria la ayuda de un nutricionista que te pueda asesorar con un plan adecuado y efectivo. La ingesta de suplementos liposomales puede variar de acuerdo con las edades, deficiencias o necesidades.